Fijar pequeñas decoraciones o sprinkles a nuestras galletas es bien sencillo. Aunque por supuesto hay muchos modos de hacerlo y cada galletero tiene sus trucos y materiales preferidos.

El primer paso es elegir unos sprinkles (también llamados jimmies, nonpareils y de mil formas más) que nos gusten, lo cual es bastante fácil. Podemos comprar un botecito donde vengan ya mezclados o mezclarlos nosotros mismos. Incluso hay artistas de la talla de Sweetapolita que tienen una tienda exclusiva para sprinkles. Los hay de caramelo, chocolate o simplemente de azúcar coloreado. Suelen ser caritos, pero bien empleado un envase puede durar una eternidad.

Una vez que pongamos sobre la galleta el pegamento, podemos espolvorear los sprinkles por encima. Esto es adecuado si queremos dar sólo un pequeño toque, como hice, por ejemplo, en algunas de mis galletas de maquillaje.

Otra opción es meter la galleta en una piscina de sprinkles, sobre todo si queremos que cubran por completo ciertas áreas de la galleta. Este segundo es en mi opinión más limpio y práctico, y hace más fácil reciclar lo que no hayamos utilizado. Es el método que utilicé con mis galletitas de Snoopy. 

La clave del tema es encontrar el pegamento adecuado, que adhiera las decoraciones a la galleta sin alterar su acabado ni sabor. Aunque hay quien prefiere poner clara de huevo o incluso chocolate, para mí lo más común es usar royal icing o piping gel.

Emplear icing como pegamento es muy fácil, ya que es el material básico con el que trabajamos. Debemos poner una pequeña cantidad sobre la galleta, e inmediatamente espolvorear los sprinkles por encima o -mejor aún- poner la galleta boca abajo sobre nuestros sprinkles en un plato. Hay que hacer un poquito de presión para que queden bien adheridos pero sin pasarnos para que el icing no se extienda donde no toca.

Cuando optemos por el piping gel, hemos de distribuirlo con ayuda de un pincel por la zona que queramos decorar. No hay que ser rácanos con el piping gel; las decoraciones quedarán mejor adheridas si lo ponemos generosamente. E inmediatamente repetiremos el mismo proceso: pondremos nuestra galleta boca abajo sobre los sprinkles y ejerceremos una pequeña presión, ahora sin miedo.

En cualquier caso, a continuación daremos la vuelta a nuestra galleta y dejaremos secar. Una vez esté completamente seca, podremos quitar el exceso de sprinkles simplemente agitando un poquito la galleta boca abajo, o bien limpiando suavemente con un pincel de silicona.

A mí personalmente me gusta más usar piping gel, porque seca más rápido (en 20 minutos está ya listo, aunque como siempre es mejor andar sin prisas) y sobre todo porque es completamente transparente. Con el icing es más fácil que se vea el truco.

Hay que decir que el icing resulta mejor que el piping gel para pegar elementos de mayor tamaño, como por ejemplo las perlas que puse sobre mis galletas de print animal. En algunas deposité directamente las perlitas sobre el icing aún fresco, y en otras tomé cada perla, la fui mojando un poco en icing y la pegué sobre la galleta que ya estaba seca. Ambas técnicas tienen sus ventajas e inconvenientes, que veréis mejor pinchando en esta foto:

Y por último, para pegar elementos de fondant, también podemos emplear cualquiera de los dos pegamentos antes mencionados.

Por ejemplo, las rosas de chocolate de mis galletas del primer reto de Yuri O. Villela las pegué con piping gel:

Pero los botones del segundo reto, con icing:

Así que con esos dos sencillos materiales podremos decorar nuestras galletas añadiendo casi todo lo que se nos ocurra. ¡Casi! Pronto os descubriré mi último experimento…