Si empezamos a hablar de las manías y debilidades que tenemos cada uno, podríamos no acabar nunca. Lo cierto es que hay personas con muchas manías y otras con pocas; del mismo modo que algunas no pueden resistirse a ciertas cosas que para otros resultan totalmente prescindibles. ¿Eres de los que no pueden tocar la madera sin barnizar? ¿Descansan tus tenedores con los pinchitos siempre hacia el mismo lado? ¿No puedes parar de explotar las burbujas del plástico de pompitas? ¿Cómo sale el papel de tu rollo de papel higiénico, por encima o por debajo?

Esto no acaba jamás; el mundo de las manías y debilidades es inagotable. A veces pienso en crear una app con 25 preguntas sencillas sobre manías y debilidades capaz de encontrar la pareja perfecta para cualquiera. Señora, aquí tiene a su pareja ideal; que aprieta la pasta de dientes desde abajo, pone el rollo con el papel desde arriba, no pisa las rayas entre las baldosas y sólo se corta el pelo después de la luna llena. Y por supuesto jamás entra a un avión con el pie izquierdo.

Ya que hablamos del tema, confesaré que soy una persona con algunas manías. Soy incapaz de dormir con la puerta del armario abierta y no puedo pegar cromos en el álbum si no quedan perfectos.

Pero sobre todo: no puedo soportar cuando alguien da una patada a mis zapatillas de noche, que siempre dejo perfectamente emparejadas a los pies de mi cama. Arg, es que no soporto ni pensarlo.

Para equilibrar un poco el tema, también tengo algunas debilidades. Por supuesto vestir conjuntadas a mis hijas -eso no cuenta- pero también siento predilección por andar descalza, el olor de la hierba mojada, las sábanas de hilo y pisar suelos bonitos.

Por eso, cuando encontré en Instagram y luego en Facebook la página I have this thing with floors -en español, tengo debilidad por los suelos– fue uno de esos días en que me reconcilié un poco con el ser humano. Qué maravilla que varios cientos de miles de personas compartamos esa afición tan inofensiva, barata y gratificante: posar nuestros pies en suelos bonitos y ¡click! hacer una foto.

Así que este es mi pequeño homenaje a #ihavethisthingwithfloors: un suelo bonito, unos zapatos fashion y una foto en formato cuadrado.

Aunque en este caso el suelo es una galleta, hecha con mi receta clásica. Cubierta de icing y envejecida con colorante en polvo marrón. Con las baldosas pintadas a mano utilizando pintura comestible diluida en vodka. Y los pies modelados con fondant teñido en distintos colores.

¿Y tú? ¿Eres de los que fotografían sus pies en la playa? ¿No puedes dejar de pisar alfombras? ¿Estás loco por los números impares? ¿Eres un dechado de manías? ¿Te atrapan tus debilidades? ¡¡Cuéntamelo todo!!