Una de las mejores cosas que tiene la afición por las galletas decoradas es que te permite conocer a muchísima gente que comparte esta pasión o locura galletera. De mis amigos de las redes sociales, tengo un lugar especial en el corazón para los mexicanos. Ya los tenía en alta estima después del estupendo allí viaje que hice una vez. Pero es que de los más de 122 millones de habitantes que tiene Mexico, creo que unos 80 millones -si no más- deben ser aficionados a la repostería. ¡Están locos por las galletas y los dulces! Así que compartir fotos, trucos y apapachos virtuales con ellos me ha ayudado a conocer un poco más ese maravilloso país que espero volver a visitar pronto.
Una de las cosas que no conocía y ahora he aprendido es algo de la cultura mexicana del Día de Muertos, una celebración hermosa que ha sido reconocida nada menos que como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Tiene lugar en los católicos días de Difuntos y Todos los Santos, pero el culto a la muerte al estilo mexicano es de origen precolombino -¡los españoles sabemos que no lo inventamos todo!-.
Para conmemorar el Día de Muertos, se llevan a cabo tradiciones como el altar u ofrenda de muertos, que puede componerse de retratos, flores, calaveritas de dulce y calaveritas literarias, el pan de muerto, las las velas para iluminar el camino a casa… Todo ello forma un conjunto alegre y festivo para conmemorar a los ancestros y fallecidos.
En la antigüedad, las celebraciones eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, la Dama de la Muerte. Que posteriormente, por obra del caricaturista José Guadalupe Posada -y con la definitiva aportación de Diego Rivera- se acabó transformando en la Calavera Garbancera o Catrina que conocemos hoy. Una calavera vestida y emperifollada, la misma muerte disfrazada de señorona. La imagen que ha dado origen a las mujeres con bonitas pinturas que hemos visto muchos de nosotros esta pasada noche de Halloween.
Y, como no podía ser de otro modo, la Catrina ha dado origen a una galleta que pretende ser un homenaje a todos esos amigos galleteros mexicanos. Una galleta para un nuevo reto.
Quise que mi galleta fuese completamente distinta a mis cookies clásicas y romper, temática y técnicamente con mi zona de confort. Dicho y hecho: mi primera galleta 2D, coloreada con pincel y decorada con adornos de fondant.
Para conseguirla, hice el dibujo sobre la galleta con lápiz y fui rellenando con icing blanco en consistencia 10 segundos, aunque para el pelo utilicé icing negro porque quería que quedase completamente oscuro. En las zonas que quería marcar en relieve -ojos, nariz y boca- usé un icing un poco más espeso y dejé secar muy bien antes de continuar decorando.
Mientras secaba la galleta, hice unas flores de fondant empleando un molde -creo que ya he dicho varias veces lo poco que me gusta, así que lo evito todo lo que puedo-. Por cierto; para que no se pegue al molde he comprobado que lo mejor es utilizar un poco de aceite de oliva virgen -sobre todo si es español-.
Una vez logradas las flores las dejé secar para que se endurecieran un poco.
Y luego terminé de decorar mi galleta con los pinceles, empleando colorantes alimentarios diluidos con un poco de vodka. Con ellos pinté tanto el glaseado de la galleta como las flores de fondant, que pegué con un poco de glasa.
Lo bueno de pintar galletas con pincel es que se pueden conseguir colores muy brillantes, que en este caso me parecían importantes.
Y de esta forma, os presento mi primera Catrina, pequeño homenaje doctorcookies a la fascinante imaginería mexicana del Día de Muertos.
Por una vez, y sin que sirva de precedente, hice una galleta que no me dan ganas de comer. Pero que guardaré gustosamente para mi colección, porque quedó bonita pero sobre todo porque considero que fue un trabajo muy completo, ¿no os parece?
Una vez más, gracias a todos los amigos mexicanos por acompañarme en mi aventura galletera.
Querida Clara, te felicito por tu galleta. Como mexicana, me siento muy honrada con tu publicación y tu galleta. Me encanta haber coincidido en esta vida, en esta aventura galletera contigo. Soy tu fan de todo a todo, eres una gran mujer y una gran gran galletera.
Besos y abrazos desde México. Y con mucha alegría te recibiremos cuando quieras venir de visita otra vez.
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¡¡Muchísimas gracias, Claudia!! Para mí también ha sido un placer coincidir contigo y espero que sigamos galleteando juntas por muchos años. ¡Un beso!
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