La celebración de Halloween -contracción de All Hallows’ Eve o Víspera de Todos los Santos– es una fiesta de origen celta que se celebra especialmente en los países anglosajones, y desde hace unos pocos años también en España. Siempre cuento a mis amigos que la fiesta de Halloween en USA -y por lo que tengo entendido también en América Latina- es una fiesta maravillosa, familiar, en la que los niños salen con sus disfraces -terroríficos o no- a buscar caramelos por el vecindario al grito de Trick or treat!.
La importación que hemos hecho de Halloween en España es una celebración fea, basada en las películas de terror adolescente de los ochenta, y me da bastante pena porque durante mis años en Miami ha sido uno de mis días favoritos.
Para celebrar la noche de brujas por excelencia, recibí el encargo de unas galletas inspiradas en Halloween. Y como otros años ya he hecho calabazas o arañas, me propuse hacer algo diferente. Advierto que las fotos no hacen justicia a unas galletas que en persona mejoran mucho; es lo que suele suceder cuando se usan diamantinas o purpurinas sobre las cookies.
Lo primero que hay que hacer es preparar unas galletas redondeadas y ponerles un fondo en tono blanco roto. Yo dejé secar las mías junto a la ventana de la cocina para que pudieran ver el frío que hacía en la calle.
Ya había hecho algunos experimentos previamente y tenía claro que para conseguir la luna necesitamos decorar las galletas pintando con pincel sobre el icing. Para ello se puede emplear una mezcla de polvo plateado Rainbow Dust y Wilton junto con unas gotitas de vodka blanco.
En una hoja podemos hacernos un pequeño esquema de los cráteres de la luna para tratar de que las galletas se parezcan a nuestro satélite favorito.
Dando pequeños toques con el pincel haremos unas manchitas plateadas, unas más intensas que otras, que recuerden a los cráteres. Basta dar una capa y el resultado quedará bastante bien.
Una vez listas las lunas, llega el momento de las brujitas. Para hacerlas, yo busqué por la red una imagen que me pareció adecuada y la imprimí con el tamaño ajustado a las galletas. Cuando tengamos elegida la bruja, la recortaremos y utilizaremos el contorno como molde para trazar unas guías en lápiz que nos ayuden a hacer una bruja en cada galleta.
Posteriormente trazaremos las brujas con icing negro de consistencia espesa (icing 20 segundos) y una boquilla del número 2. Con ayuda de un punzón se puede hacer los detalles más delicados, como la nariz de la bruja, los tacones o la escoba.
Finalmente aprovecharemos el mismo glaseado para hacer unos puntitos en el contorno de las galletas. Dejaremos secar el tiempo oportuno y… ¡brujas listas!
De una en una o por separado, las brujas volando en su escoba justo pasando frente a la luna.
Para tener una noche de brujas bien dulce, como todas las que afortunadamente viví en Estados Unidos.
Happy Halloween!