Poco a poco, a lo largo de estos meses he ido mostrando en doctorcookies.com varios proyectos de galletas que generalmente han llegado a buen puerto. Pero si me pusiera a contar todas mis galletas fallidas tendría suficiente material como para llenar otro blog completito. Unas porque acaban siendo algo totalmente diferente al proyecto original, otras porque no me convencen, otras porque directamente son feúchas, alguna que se rompe… ¡mi doctorcookies serie B estaría siempre lleno de novedades! Quiero pensar que a todos los galleteros nos pasa igual.
Hay una categoría de galletas que normalmente no llega aquí, que es la de experimentación pura. Galletas que sirven para inventar y probar, me divierten muchísimo y, aunque en ocasiones me dejan frustrada y mosqueada, siempre ayudan a aprender.
Un día, como había comprado unos cuantos colores nuevos y quería probarlos, decidí experimentar haciendo dos proyectos diferentes con las mismas galletas como base.
Hice un icing de consistencia intermedia (icing 8 segundos) y combiné mis colorantes (frambuesa y turquesa de Progel; amarillo oro y morado de Wilton), para lograr unos tonos pastel. Cubrí las galletas de una sola vez y dejé secar por completo.
El planteamiento del experimento era el siguiente:
-no repetir nada que hubiese hecho antes
-hacer unas galletas muy rápidas y otras más laboriosas
-imprescindible: que ambas quedasen bonitas
Así que una vez secas mis galleticas, comencé por la versión más rápida. Mi idea era hacer galletas decoradas en menos de dos minutos. Pensé que la mejor opción era buscar algo ya hecho, bonito y delicado, que pudiera pegar al glaseado. Y para bonito y delicado, nada mejor que las flores. ¡Voilá! Compré unos cuantos ejemplares variados de flor comestible.
Separé los pétalos, los lavé con agua abundante y los sequé con papel de cocina. Y probé a ponerlos sobre las galletas con un poco de gracia. En este caso, como ya comenté en mi post sobre el tema, la mejor opción para adherir las flores fue el piping gel, completamente invisible. En el icing fresco no quedan tan bien porque los pétalos se hunden demasiado para mi gusto.
Más sencillas y sugerentes en ese tiempo récord, imposible. La flor natural es una idea que iré explorando más adelante, seguro. Perfectas para decorar el cabello de una bonita Frida Kahlo.
Cuando queramos trabajar con flor comestible debemos tener tres precauciones que son importantes:
-asegurarnos de que se trata de flor comestible de verdad,
-usar sólo flores muy muy frescas, que aportan un agradable sabor -los pétalos de rosa o violeta son imbatibles- o de lo contrario, sabrán totalmente amargas
-y lavarlas bien antes de usar para nuestras galletas.
La flor comestible se encuentra en muchos mercados locales, de productos orgánicos, en el Fresh Market -ahí compré las mías- o en algunos viveros. No son particularmente caras y nos pueden sacar de algún aprieto galletero cuando el reloj vaya en nuestra contra. Eso sí: hay que consumirlas de forma casi inmediata, porque lógicamente la flor se va deteriorando. Puro arte efímero.
Aquí las hice en su versión más simple, pero bien trabajada la flor natural puede quedar de lo más chic.
Primera parte del experimento: ¡satisfactoria para la galletera! Y en un par de días, la segunda, aquí en doctorcookies.com.
Vaya, qué pasada.. Súper creativo! Delicado y fácil .. Una combinación .. Increíble .. Me encantan tus galletas!!
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¡Gracias, amiga bloguera! Ahora mismo ve voy a leer tu estado puro de hoy.
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Qué bonito maridaje¡¡¡¡
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