Hay varias formas de pintar el icing de tonos dorados, aquí voy a describir la técnica para decorar sólo ciertas partes de la galleta con oro y no para hacerla dorada por completo.

Para conseguir un color dorado necesitamos luster dust, que en español es algo así como colorante en polvo lustre metálico. Dependiendo de la marca, en el mercado podemos encontrar distintos tonos y matices de dorado: luminoso, envejecido, rosado, con reflejos cobrizos… Es difícil conocerlos todos y además son caros –4 dólares el bote de 2 gramos; la mitad más o menos que un caviar decente o la tinta de la impresora- pero una vez que utilizas el Super Gold o el Oro Maya te das cuenta de que la inversión vale la pena.

Para procurar un acento dorado a mis galletas de Pascua, en esta ocasión utilicé el primer color oro que encontré en la tienda; a juzgar por el resultado creo no era el óptimo para este proyecto, le hubiese ido mejor un dorado más envejecido. Pero ya tengo en el cajón otros más bonitos y estoy deseando utilizarlos.

Para aplicar el polvito dorado sobre el icing, necesitamos diluirlo en líquido que no nos estropee la galleta, así que el segundo ingrediente que necesitamos es el alcohol: un medio líquido que se evapora enseguida y no va a penetrar dentro del glaseado. Hay varios productos de base alcohólica que se pueden utilizar -esencias de sabores, sobre todo- pero para mí es más práctico y accesible el vodka. Además, como nunca he sido muy fan, no me dan ganas de bebérmelo y por lo general puedo acabar las galletas sin problemas.

Para empezar, mezclaremos el polvo con unas gotas de vodka, tomando la precaución de usar un cuentagotas o una botella pequeña para evitarnos sustos. Agitaremos bien con un pincel pequeño, intentando que la mezcla sea lo más homogénea posible, porque el dorado tiende a depositarse en el fondo. Si no logramos una mezcla homogénea es mejor ir cogiendo con el pincel el dorado de las paredes, con menor contenido líquido, ya que si nos pasamos se nos emborrachará la galleta.

A continuación, aplicaremos el dorado sobre la galleta con ayuda de un pincel fino.

Generalmente es necesario aplicar más de una capa para lograr el resultado deseado. Después de cada capa conviene esperar unos minutos para asegurarnos de que se ha secado por completo y apreciar el color resultante. Por otro lado, más de tres capas pueden acabar afectando al icing, así que deberemos ser cautos y cuando el ojímetro nos diga ya está, es que ya está.

Durante el tiempo que tardemos en pintar nuestras cookies con dorado, probablemente tendremos que ir añadiendo más vodka al polvo de oro, ya que se evapora muy rápido. De igual  manera, si al acabar las galletas nos sobra dorado, podemos dejarlo secar y guardarlo hasta el próximo día, en el que simplemente tendremos que añadir unas gotas de alcohol y volveremos a tener nuestro oro listo para decorar.