Hablaba un día con mi hermano D, ilustrador de profesión y más majo que las pesetas, y me dijo que con el tiempo había aprendido algo muy útil en su gremio: a hacer dibujos adecuados al precio que van a pagar por ellos. Dibujos de 10 euros, de 100 euros o de 500: dime cuánto vas a pagar por el trabajo y ya me encargo yo del resto.
Por desgracia para mí, su talento ilustrador no se repartió de forma equitativa en la familia -de tener esa mano ya sería galletera oficial de la Casa Blanca- pero sí que he ido aprendiendo a desarrollar ideas que en un tiempo muy razonable dan unos resultados de lo más aparente, como estas galletitas que presento hoy. Se pueden hacer en unas pocas horas, son sencillísimas y a pesar de ello despiertan bastante admiración porque quedan realmente muy bonitas, ¿a que sí?. Podría catalogarlas como galletas bienqueda.
En primer lugar, haremos la galleta con una forma que no nos dé mucho trabajo y la cubriremos con icing. Para trabajar más rápido, en lugar de hacer la clásica técnica de outline + flooding emplearemos una sola consistencia de 7-8 segundos con la que haremos todo.
Primero la línea exterior, sin acercarnos demasiado al borde para prevenir goteras, luego el interior y finalmente con ayuda de un punzón mediano llevaremos el icing al borde con sumo cuidado. Cada vez que pongamos una galleta a secar revisaremos la anterior para eliminar burbujas, si es que se han formado.
Cuando se hayan secado por completo daremos el toque maestro con ayuda del aerógrafo, una herramienta muy útil cuando necesitamos velocidad. También se pueden hacer con colorantes en spray con muy buen resultado, pero el aerógrafo te hace sentir taaaan profesional que la experiencia vale la pena.
Siempre que empleemos plantillas o stencils hay que ser pulcros y limpiar bien después de cada uso para evitar que restos del colorante se depositen en la galleta:
También es importante sujetar bien el stencil mientras coloreamos, ya que si se mueve las líneas no quedarán bien definidas y el resultado pierde un poco:
La pintura para aerógrafo seca de forma prácticamente inmediata, así que en unos minutos podemos hacer las fotos de rigor y wasapearlas a la familia para que alucinen con lo buenísimos que somos.
Y mientras se deshacen en halagos no podremos disimular una sonrisilla. Orgullosos y felices -una vez más- de nuestra indiscutible genialidad galletera.